En mi artículo publicado en este blog, con el título de “El pueblo que nunca existió”, recojo una serie de informaciones erróneas publicadas en algunos diccionarios y en programas de festejos de años anteriores, con la intención de poner las cosas en su sitio. En esos escritos se vertían algunas informaciones equivocadas y otras absolutamente falsas. A la luz de los documentos disponibles en aquel momento, tanto procedentes del Archivo municipal como de archivos históricos nacionales, se podían desmentir algunas de las afirmaciones contenidas en las mencionadas publicaciones y corregir otras que eran medias verdades.
Más de un año después hice lo mismo con el artículo sobre nuestro pueblo publicado en el Diccionario de D. Pascual Madoz (Boletín Municipal de abril de 2010), que puede ser considerado una de las obras más fiables publicadas en el siglo XIX desde el punto de vista geográfico.
Hace poco más de un mes me topé con este artículo de la Guía de la Provincia de Madrid, de Marín Pérez, que paso a comentar ahora, en el que, como en otras ocasiones se encuentran verdades, medias verdades y falsedades sobre Villamanrique en el momento de su publicación y sobre su pasado.
La guía en cuestión fue publicada el año 1888, más de 50 años después que el Diccionario de Madoz (1829-34) y, sin embargo, contiene errores que no se encuentran en éste. No obstante su lectura es provechosa puesto que nos ofrece un esbozo del Villamanrique de hace más de un siglo y permite compararlo con el que conocimos los de más edad hace 50 años y con el actual. Con los comentarios que van intercalados al texto original de este documento me propongo, además de llamar la atención sobre los errores, aclarar alguna afirmación poco comprensible para el lector medio actual.
El artículo sobre Villamanrique (Guía de Madrid y su Provincia, Andrés Marín Pérez, páginas 376-379) dice así:
Sobre el medio geográfico
“Sobre la orilla derecha del celebrado Tajo y a 100 metros de distancia del mismo, se halla edificado este pueblo.
Soplan en él toda clase de vientos, pero reinan con más frecuencia los del N. y O.
Su horizonte es extenso y alegre en primavera, su cielo limpio y azulado en el verano y otoño, y su clima algo frío en el invierno y expuesto a las enfermedades propias de la estación, pero saludable en el resto del año.
Confina su jurisdicción por el N. con el término de Villarejo de Salvanés, por el sur con el de Santa Cruz de la Zarza, por el este con el de Fuentidueña de Tajo y por el oeste con el de Colmenar de Oreja”.
En el párrafo anterior se encuentra el primer error, pues Villamanrique, desde su fundación está rodeado por el término de Villarejo excepto en el lado sur que limita con el de Santa Cruz.
“Súrtense los vecinos del agua potable que necesitan diariamente del río Tajo, que pasa por sus inmediaciones”.
Sobre datos históricos
“El año 1575 declararon Miguel Barón y Benito Sánchez, ancianos vecinos del pueblo que nos ocupa, que éste se edificó el año 1137 y que uno de sus principales fundadores fue un Diego Pérez, vecino de la villa de Pozuelo de Belmonte.
Sostienen otros que el pueblo existió mucho antes, situado en otro punto, y que al trasladarse al sitio que hoy ocupa y experimentar un gran descenso de la población, don Diego lo repobló con la gente que se llevó de Pozuelo de Belmonte”.
De los dos párrafos anteriores se debe comentar lo siguiente: en primer lugar que la fecha de 1137 para la “edificación” del pueblo es un invento o un mal cálculo porque Miguel Barón y Benito Sánchez en 1575 lo que declararon, al responder a las preguntas de las Relaciones Topográficas de Felipe II (véase el artículo con ese título en este blog) es que el pueblo fue fundado hacía unos 48 años, es decir, en torno a 1527, fecha que tampoco coincide con la de 1480 en que el comendador de Viloria don Gabriel Manrique ordenó poblar el «Ejido de Albuher» fundando allí Villamanrique (v. el artículo citado, el titulado «Breve reseña histórica» y «Evolución de la población»).
En el párrafo siguiente hay una media verdad; pues si bien es cierto que el pueblo existió mucho antes, fue con otro nombre, Albuher, y no hay constancia de su existencia en otro sitio, sino todo lo contrario; estaba muy probablemente donde ahora está Villamanrique. Tal vez Andrés Marín se refiere a una leyenda que conocían algunos vecinos del pueblo, repetida de generación en generación, según la cual existió en la vega un pueblo llamado Toledillo, cuyos habitantes lo abandonaron y fundaron Villamanrique; lo únicvo cierto de esa leyenda es que en la vega, o «Veguilla de los Bodegones», existió una aldea o caserío de época tardorromana y visigoda, que puede ser el conocido en algún documento medieval como «Posadas Viejas» (V. Artículo «La senda Salinera»).
“Será de esto lo que quiera, lo cierto es que correspondió por algún tiempo a la Orden de Santiago, a la cual se lo compró el año 1375 Doña Catalina Lasso, que lo disfrutó bastantes años como dueña y soberana del mismo«.
Este es otro error de fecha, puesto que en las citadas Relaciones de Felipe II en 1575 los declarantes aseguran que el pueblo fue vendido a Doña Catalina Lasso “hará como dos años”, es decir, en 1573 y, en efecto el documento de compra conservado en el Archivo de Simancas así lo acredita (V. artículo «Villamanrique: de señorío santiaguista a condado)
“Compró también la referida señora una hermosa dehesa existente en el término del pueblo que nos ocupa, en la cual había fuertes paredones de un antiguo castillo titulado de “Albuergue”, que indudablemente fue edificado por los árabes, como otros muchos que han desaparecido, sin causa justificada, por falta de oportunas reparaciones”. Con ese extraño nombre se refiere al único castillo del término, el de Alboer o Albuher. Además, hoy sabemos que el castillo no fue destruido “sin causa justificada, por falta de oportunas reparaciones”, como dice el autor, sino que lo fue en el transcurso de la Guerra de la Beltraneja hacia 1478.
“Posteriormente se emancipó del referido señorío y se recuperó la independencia y autonomía que en tiempos anteriores tenían los municipios”. No es el caso de Villamanrique, puesto que sabemos que desde su fundación hasta la venta a Doña Catalina Lasso, no fue independiente sino señorío de la Orden de Santiago, y ese señorío duraría hasta el siglo XIX cuando fue abolido por los liberales el régimen señorial.
Sobre población y comunicaciones
“Cuenta hoy 150 vecinos, 501 almas, 99 casas, 38 cuevas y las calles tituladas Mayor, Concepción, Madrid, Toledo, Río [Ahora Claudio Adradas], San Marcos, Iglesia, Conde, Olmo, Vista-Alegre, Reforma, Clavel y Cuevas [del Sur], y las dos plazas llamadas del Cura y de la Constitución.
Dista de la cabeza del distrito judicial [Chinchón] 13 kilómetros y 61 de la capital de la provincia.
Está en comunicación con la corte por medio del coche de Colmenar de Oreja que corre en combinación con el tren de Arganda y el de Cienpozuelos. Cuestan ambos vehículos 3,40 Ptas”. Para esa fecha ya existía el tren en Colmenar, pero había un coche de caballos que enlazaba Villamanrique con la estación.
Recibe el correo de la estafeta de Fuentidueña de Tajo por medio de un peatón, y los devuelve contestando en igual forma todos los días”.
Esa denominación de “peatón” referida al cartero quiere decir que la administración de correos no le dotaba de transporte; el cartero de Villamanrique iba a recoger y entregar el correo a Fuentidueña a lomos de un borriquillo y lo repartía en el pueblo a pie.
Sobre religión
“Todos sus habitantes profesan la religión católica, celebrando sus correspondientes ceremoniales en la iglesia parroquial titulada de Santa María de Argüel, que conserva en regular estado y dividido interiormente en siete altares tan bien adornados como cuidados por los devotos”. Como se observa el nombre de la parroquia que debería ser Albuher y por el habla local se transformó en Arbuel, el autor lo escribe como Argüel, así se cambian las cosas.
“Tiene además una Cofradía llamada de la Encarnación, en la que se venera con entusiasmo la imagen de su titular”. Esta afirmación puede ser errónea ya que no tenemos noticia de una cofradía de ese nombre; en cambio no menciona la ya existente de Jesús Nazareno cuya creación puede remontarse a 1881, año en el que, al menos, se celebraba su fiesta como patrón.
“Existe una Cofradía canónicamente establecida con el nombre de las Ánimas, a la que corresponden como hermanos casi todos los vecinos del pueblo.
El curato es de primer acceso y ordinaria provisión, tiene asignadas 1125 Ptas. para atenciones del clero y 550 para gastos del culto, con una casa rectoral bien conservada. [La casa del cura]
A un kilómetro de distancia de la población y en paraje ventilado cual recomiendan las disposiciones sanitarias, se halla su cementerio, cuadrado, en buen estado, regularmente cuidado, sin reglamento interior y dándose en él gratuita sepultura a todos los finados.
Sobre educación
“Para difundir la educación primaria sólo tiene una escuela elemental para los dos sexos, que por cierto carece de la capacidad necesaria y adolece de otros defectos de esta cuantía.
Provéese por traslado y concurso de ascenso, está dotada con 600 Ptas de sueldo, 200 de retribuciones, 150 por material y la casa para el digno profesor.
Asisten ordinariamente a esta escuela 30 alumnos y 10 alumnas, recibiendo juntos la enseñanza propia o común a los dos sexos, bajo la dirección del laborioso maestro [D. Isidoro Tapia y San Juan] que tiene adoptado el sistema simultáneo.
Consta la junta local [de primera enseñanza] de cinco individuos, cuyo interés por la enseñanza queda demostrado desde el momento en que no se queja ante quien proceda en forma legal de no existir más que una escuela de ambos sexos, siendo así que por la población actual tiene la sagrada obligación de sostener dos, una de niños y otra de niñas, con sus respectivos profesores y debida separación de clases”.
En Villamanrique hubo dos escuelas, una para niñas y otra para niños, entre 1863 y 1877, pero la falta de recursos municipales para sostenerlas hizo que fuera eliminada una y no volvió a haber dos hasta 1892.
Sobre sanidad
“La titular de Beneficencia, compuesta de 50 familias pobres, está íntimamente desempeñada por un reputado médico [Don Rafael de la Plaza y de la Viña] que percibe por este concepto 750 Ptas. anuales.
Por la asistencia de los 100 vecinos pudientes cobra 1500 Ptas. al año por igualas señaladas por el mismo facultativo, según la posición que ocupa cada familia.
No tiene farmacia, pero si un pequeño botiquín al cargo de un vecino del pueblo, bajo la dirección del médico, con el cual se atiende a los casos más precisos y más urgentes. No hay igualatorio con ningún farmacéutico inmediato.
De la inspección de carnes y visita de los irracionales está encargado un activo veterinario [D. Eduardo López Hermosa], que lleva 7,50 por la asistencia de cada cabeza mayor y 2 por la menor”.
Sobre administración política y de justicia.
“El juzgado municipal se haya instalado en la Casa Consistorial, funciona bajo la dependencia inmediata del de instrucción de Chinchón.
Su ayuntamiento consta de 6 concejales, y desempeña con acierto el gobierno del pueblo y la administración de los intereses municipales”.
Ese año el Ayuntamiento estaba gobernado por el alcalde Isaac Vara Villar y los concejales Eduardo López Hermosa (veterinario), Rafael de la Plaza de la Viña (médico), Francisco Garvía García (agricultor) y Quintín Delgado Martínez (ganadero).
“El presupuesto de este pueblo en el económico de 1887 a 88 fue de 10.183 ingresos y de 10.184 gastos.
Percibe el Secretario de Ayuntamiento 830 Ptas de sueldo, su auxiliar 250, el inspector de Carnes 90 y 150 que devenga el Alguacil.
Prestan servicio en este puesto cinco números y hubo jefe del cuerpo de la Guardia Civil”.
Sobre hospedería.
“Para hospedaje no hay más que una posada mal arreglada, en la que dan regulares comidas y pobres dormitorios por 2,50 Ptas.”.
Esa posada se encontraba en la calle de la Iglesia nº 1, y regida por la familia Fernández Casalta, y no debía de ser muy distinta de las de cualquier pueblo de la comarca.
Sobre economía.
“Su agricultura está en buen estado, gracias a las condiciones agrológico-climatológicas del terreno más bien que al cuidado que le prodigan los labradores [sin comentarios].
De las 2887 hectáreas, 43 áreas y 75 centiáreas que mide de extensión su término municipal, ocupan los diversos ramos de la agricultura 2491 h -53 á -45 c.
Riéganse con las aguas del Tajo y algunos manantiales 59 h-06 á-50 c que hay hoy dedicadas al cultivo de hortalizas y frutas.
En las restantes, de secano, se extiende el cultivo de los cereales 1256 h-12 á-98 c; el de la vid 161 yh-49 á-85 c; el del olivo 132 h-50 á-22 c; el de los prados llamados Soto y del Castillo 254 h-43 á-28 c, y el de los montes denominados de Villamanrique y Barranco de las Pozas, 627 h-90 á-62 c.
Las restantes están ocupadas por los caminos que ponen en comunicación con los pueblos limítrofes, por el río Tajo y por las eras y los eriales.
Consta su ganadería de 60 cabezas de ganado mular, 10 caballar, 30 asnos y 35 bueyes dedicados a la labor, y 18 cabras, 2500 ovejas y 30 cerdos destinados a la reproducción y consumo del pueblo.
Toda su industria se reduce a la fabricación de harinas en el molino movido por las aguas del Tajo, del aceite, vino y aguardientes en sus correspondientes alquitaras, conserva de carnes y otros frutos naturales”. [No cita las labores de esparto que en aquella época daban de comer a varias familias del pueblo]
“Consiste su actual comercio en la exportación de granos, harinas, lana, leche, carnes y demás productos indicados, e importación de las telas, comestibles, jabones y demás géneros necesarios.
Hay en esta localidad una salina llamada “Cárcaballana” con abundante y rica sal según dicen sus naturales.
Valuóse su riqueza imponible en el económico de 1887 a 88 en pesetas 76.458, se le impusieron 16.876,34 y le correspondieron por provinciales 2127,58. [La carga impositiva era del 24,85%].
“Existe en su término la granja de Buenamesón, con una linda casa de recreo perteneciente en otros siglos, a la Orden de Santiago, y provista de una gran máquina hidráulica que sirve para regar gran cantidad de terrenos”.
Esta breve referencia a Buenamesón está sacada, de forma resumida, del diccionario de Madoz. La máquina hidráulica a que se refiere es la llamada por Madoz «zua» cuya rueda según él medía 51 pies de diámetro (14,86 m.); esta máquina fue desmontada hacia 1907 al ser instalada la central hidroeléctrica.